A esto lo llaman realpolitik: acabamos de enterarnos de que el presidente de E.E.U.U. ha vuelto a hacer lo que la gente empieza a llamar con sorna marcarse un Obama: tras una solemne declaración postinvestidura declarando el cese de actividades de los tribunales militares ilegales de Guantánamo, ahora el señor presidente ha pensado que mejor no, que vamos a seguir con ello, que a qué viene esa obsesión con la legalidad y los derechos humanos. Sobre todo cuando ya tenemos a media Europa convencida para quedarse con la patata caliente de los presos menos peligrosos, o contra los que no hay pruebas coherentes (que usasen relojes Casio no vale).
Y todo eso solo un día después de anunciar que, pese a lo que prometió en abril, finalmente su gobierno no hará públicas las fotos de torturas que le reclamaba la ACLU (Unión de Libertades Civiles Estadounidenses). Entre éstas figura una serie que fue filtrada hace unos años al Sydney Morning Herald. Enlazamos con ellas pero advertimos que estas imágenes pueden herir la sensibilidad de cualquiera. Por no hablar de la vergüenza y la rabia que provocan.
La Unión Europea debe recuperar un discurso moral que le permita denunciar unívocamente estas atrocidades. Decir nunca más, alto y claro, moleste a quien moleste. Ésa es la definición de realpolitik que maneja nuestro partido.
15/5/09
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